jueves, febrero 24, 2011

Cómo Padre Rico, padre pobre y el cuadrante del flujo del dinero me hicieron ver otra realidad

Soy un lector ávido, pero siempre he odiado los libros de autosuperación. Estaba convencido de que los libros de Kiyosaki eran libros de autosuperación y por eso no los había leído. Pero estaba equivocado.

Más allá de lo típico que uno espera encontrar en un libro de autosuperación los libros de Kiyosaki muestran otra forma de ver la vida, pero no con el enfoque de "mira todo a través de un filtro bonito y aprende de las dificultades" que nos venden otros autores. Nos muestran un mundo en donde podemos ver los errores que hemos cometido y a donde nos han llevado financieramente.

De la lectura me llamó mucho la atención ver como me encontraba, sin saberlo, en una carrera de ratas donde mis esfuerzos por salir del hueco financiero que había cavado no estaban haciendo nada distinto a agrandar más el hueco. La esperanza de cada vez tener un mejor trabajo mejor pagado para salir de deudas y finalmente poder tiempo para mi familia no me estaban llevando para donde quería ir. Es increíble encontrarse reflejado en varias de las descripciones que hace el autor de las personas en el cuadrante E.

Aprendí muchas cosas leyendo estos dos libros, y considero que deberían formar parte no sólo de la biblioteca de cualquier casa sino del plan de estudios de cualquier carrera e incluso desde el bachillerato. No ha pasado un mes desde que empecé a leerlos y en mi vida ya se sienten los cambios. La columna de los activos ha sido desempolvada y muy pronto empezará a llenarse.

Lo curioso del cambio es que incluso en mi trabajo actual, en el cuadrante E, están cambiando las cosas. Ya no es tan importante para mi cumplir las metas, los indicadores, los objetivos para pensar en clasificar a bonificación. Ahora lo importante es lo que estoy aprendiendo, los contactos que estoy haciendo, la información que estoy agregando a mis conocimientos.

Mi compañero de oficina me caía mal, desde que me pasaron al lado de él me sentí bastante incómodo porque me parecía una persona con un enfoque extraño de la vida. La forma como veía las cosas, como las encaraba hacían parecer que era una persona falta de seriedad y profundidad. Gracias a los libros me he acercado a hablarle más y descubrí que trabaja por gusto. Tiene una cadena de clínicas odontológicas que trabajan para él. Él solamente va a la oficina para seguir aprendiendo y por no quedarse en la casa. Ahora es mi compañero de almuerzo todos los días.

Siento que he dado un giro completo a mi vida y espero ver resultados en los próximos años. Han pasado muchas cosas negativas en mi vida en estos días, pero en el fondo estoy más contento que preocupado.

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