jueves, julio 26, 2007

El chip

Un nacimiento no siempre había sido una bendición para todo el mundo, y en estos tiempos sí que era cierta esa afirmación. Pensó el médico mientras implantaba el nanochip en el dorso de la mano del recién nacido antes de entregarlo a su mamá.

Hacía ya más de tres siglos que habían empezado a implantar los chips en las muñecas al nacer. Primero habían sido eso: chips para luego ceder el paso a micro chips y ahora, desde hacía 10 años, nano chips. El médico tenía uno de los primeros, era visible y palpable en su mano. La tecnología y la ciencia habían avanzado muchisimo, el chip permitía al organismo reaccionar ante las amenazas que se le presentaban mucho mejor que lo que hacían los sistemas nervioso y linfático anteriormente. Despues se le integraron más funcionalidades.

El médico salió del edificio de consultorios y se montó en uno de los transportes automatizados de la ciudad, acercó su mano al lector y se acomodó en la silla mientras el vehículo lo llevaba hasta el bloque de apartamentos donde vivía. Se acordaba del tiempo en el que habían logrado la inmortalidad, no porque él lo hubiera vivido sino porque, como profesional de la salud (más parecido en esos días a un técnico electrónico que a otra cosa) había tenido que estudiar esa época de la humanidad.

El chip que se insertaba tenía la capacidad de crear nanobots que reemplazaban cualquier célula humana, así si había problemas, por ejemplo de anemia, el chip producía nanobots glóbulos rojos. No sólo eso, hacía que el cerebro indujera al hospedero a ingerir los alimentos con los nutrientes que necesitaba para producirlos. El resultado: la inmortalidad buscada desde siempre. El chip era la piedra filosofal hecha realidad.

Después de 70 años de desarrollado surgió el primer gran problema: no era posible insertarle un chip a la tierra para que sostuviera una población que crecía incesantemente. El alto concejo vitalicio de regentes se reunió para buscar una solución. Se propusieron varias:
- Dejar de implantar el chip y apagar los existentes, descartada pues era un retroceso monumental en el conocimiento del cuerpo humano.
- Eliminar el exceso de población para mantenerla dentro de unos límites tolerables. Pero y ¿Quién decidiría a quién y por qué se debía eliminar? Se prestaba para la xenofobia, el fascismo y la discriminación.
- Eliminar de manera aleatoria el exceso de población. Parecía más justa, pero no tenía sentido eliminar aquellas personas, que a pesar del chip, seguían llevando unos estándares de vida tranquila y "saludable".

Después de múltiples deliberaciones decidieron:
- Estabilizar la población en un número fijo e inmutable hasta que se consiguiera otro planeta para expandirse.
- Por una sola vez eliminar el exceso de población mediante catástrofes naturales aisladas en sitios elegidos al azar.
- A partir de la fecha el número de habitantes debía permanecer inmutable al final del día (hora central) significando esto que cada nacimiento implicaría el deceso de alguien en las 24 horas siguientes.
- La selección se haría mediante el azar ponderado asignando puntos negativos a cada individuo por comportamientos que normalmente habrían puesto su salud en riesgo: fumar, consumir alimentos ricos en grasa, etc (listado completo anexo). También se asignaría un punto negativo por cada año de vida. La probabilidad de que un individuo fuera seleccionado como candidato al deceso sería directamente proporcional a sus puntos negativos.
- La forma de muerte sería elegida también con azar ponderado entre todas las causas probables de muerte, asignando una mayor probabilidad a las que generaron mayor número de puntos negativos.

Para el médico era extraño, no entendía porque alguien que comía grasa en exceso debía tener más probabilidades de morir de un ataque cardiaco que de un resbalón y desnucamiento, por ejemplo. Pero lo aceptaba, porque esa era la vida tal y como el la había conocido. Una pequeña descarga eléctrica en su muñeca lo sacó de su ensimismamiento, tocó el chip y sintió que vibraba.

Un nacimiento no siempre había sido una bendición para todo el mundo, y en estos tiempos sí que era cierta esa afirmación. Sólo le quedaba esperar que el azar ponderado le hubiese escogido una forma digna de morir, pensó el médico mientras cerraba los ojos adormecido.

6 comentarios:

Mauricio Duque Arrubla dijo...

Me gusta, me gusta...

Anónimo dijo...

upa, nueva faceta! me parece muy bien, aunque este temblorcito en mi mano me está dando sueño...

Gina Angueyra dijo...

Espero que en 4 meses no tengamos muchos puntos negativos... y ustedes? los tendrán?...

Me gustó mucho. To amamos.

Carlos Akela dijo...

Buen cuento... porfa muestre el listado completo, para calcular cuantos puntos negativos tengo... :P

MACO dijo...

EXCELENTEEE que buen cuentooo!!!
Quiero tambien conocer mis puntos negativos....no dan puntos positivos?? por usar preservativo y comer frutas??

Unknown dijo...

Me gusta la manera en la que forma un c'irculo al final. Al leer el principio, uno cree entender a lo que se refiere; despu'es de leer todo y volver a repetir el comienzo, se da uno cuenta que el autor ten'ia otra cosa en mente. El autor juega con la mente del lector, lo cual es super ch'evere. Adem'as, el concepto futurista/filos'ofico en el que la tecnolog'ia termina tomando el mismo rol de la naturaleza me parece increible. Siga as'i, hombre.