martes, diciembre 18, 2007

La vendedora de jugos

Fue durante una novena de aguinaldos. Mi primo y yo acababamos de conocernos. Después de los villancicos, las oraciones, los "dulce Jesús mío mi niño adorado" y la natilla decidimos salir a la plaza del pueblo a tomarnos algo. Un jugo. Con mis 15 años y sus 17 no podíamos aspirar a tomar algo más fuerte.

Entonces la vimos. Era prácticamente perfecta: tenía 14 años y era bonita. No dijimos nada.

Al día siguiente volvimos a tomar jugo y a no decir nada. Con la diferencia de que tomamos jugo en la mañana, en la tarde, antes de empezar la novena y despues de terminar la novena. Eso una vez hecha la comprobación, en la mañana, de que ella trabajaba ahí.

Mientras toda la familia se encontraba reunida en el publo para hacer la novena de aguinaldos al niño Jesús nosotros también hicimos nuestra novena. Nueve días tomando jugo a mañana, tarde y noche envueltos en un silencio sepulcral.

El venticinco mi familia y la de mi primo dejaron el pueblo rumbo a sus ciudades de origen.

Años después volví a encontrarme con mi primo. Fue en una novena de aguinaldos. Me contó que él tampoco pudo volver a hablar mientras se toma un jugo.

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