En muy pocas oportunidades puede uno ver las dos caras de la moneda de una situación. Y son aún muchas menos en las que puede ver las dos caras al mismo tiempo.
Pues bueno, me encuentro en una de esas extrañísimas situaciones: soy alumno y profesor al mismo tiempo.Recibo clase de dos a tres y media de la tarde y luego dicto clase de seis a ocho de la noche.
El poder tener ambos puntos de vista ayuda bastante, como alumno es más fácil preparar una clase gracias a la experiencia docente, es más fácil determinar los puntos claves e importantes de un trabajo e incluso es sencillo preveer que es lo que espera el profesor que hagamos en un trabajo.
Como profesor es interesante poder conocer lo que realmente motiva o aburre a un alumno, acordarse que a veces el silencio no quiere decir que todo está claro y que se necesita estar realmente motivado para entregar lo mejor de sí en una materia.
Y, usted, ¿Qué opina? ¿Alguna vez ha estado en ambos bandos al mismo tiempo (en estos dos o en otros dos)?
2 comentarios:
llevo poco mas de un semestre en esa situación... lo que más me sorprendió en un principio (y que ahora recuerdo siempre) es que desde el punto de vista del profesor se ve TODO el salón...
Qué buena experiencia, porque es algo que te hace más integral. Pero hay casos que uno no nota bien, como tú lo anotas, por ejemplo cuando uno es papá y visita con su hijo a los papás. Saludo.
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