Analizando las elecciones

Después de ver los resultados de las elecciones saltan a la vista muchas cosas:

• Que los bloggers visionarios somos muy poquitos o tenemos capacidad muy limitada de convocatoria o que sólo los unos pocos bloggers y sus pocos adeptos le hacemos fuerza a Mockus. Corregido de acuerdo a las apreciaciones de la Ex de Lenin.


• Que parece que en las grandes ciudades la gente al fin está pensando por quien votar, el que Rafael Pardo haya derrotado ampliamente a Serpa en las capitales lo demuestra.


• Que los colombianos ya no creemos en cuentos de hadas y flautistas de Hammelin


• Que el partido conservador parece estar resurgiendo de sus cenizas y después de haber caído a preocupantes 11 curules en el senado, para este periodo logró subir a 19.


• Que mucha gente sigue viendo al presidente-candidato como el salvador del país. Y el sólo hecho de decir que uno estaba con él era suficiente para alcanzar curul.


• Que haber sido buen alcalde de Bogotá ya ni siquiera es garantía de entrar al senado como lo fue en alguna época (Jaime Castro, Antanas Mockus y Enrique Peñalosa)


• Que la identidad política de algunos candidatos (y sus seguidores) es bastante volátil: El hijo de la gata expulsado del partido conservador tuvo una altísima votación con el movimiento apertura liberal


• Que, a pesar de la imagen que tiene el actual alcalde de Bogotá, la tendencia hacia la izquierda en latinoamérica también se está extendiendo a Colombia.


• Que la elección de Carlos Gaviria como candidato del Polo Democrático le permitirá a dicho partido cambiar gran parte de su imagen y le ampliará el espectro de posibles votantes. Pues muchos le temían a la imagen de guerrillero de Antonio Navarro.


• Que los indigenas siguen dando muestras de mayor madurez que muchos de los que nos consideramos más cultos: en su circunscripción especial sí ganó el voto en blanco, lo que muestra un entendimiento más amplio de las herramientas democráticas que nos da la constitución.


• Que sigue siendo el colmo que dejemos que un 37% de los colombianos decidan por todos, pues el abstencionismo es realmente alarmante. Ni siquiera la gran popularidad del presidente-candidato logra arrastrar gente a las urnas.