martes, mayo 20, 2014

Aventura al sur

En diciembre del 2012 recibí una llamada de un compañero de la universidad al que no veía hace mucho tiempo. La razón: una propuesta de trabajo en Quito, Ecuador. La propuesta no podía ser más interesante profesional y económicamente pero todo lo que generaba en mis conocidos era un extraño rechazo y desconocimiento de lo que es Ecuador. Para todo bogotano con el que hablamos en ese momento el acento ecuatoriano era igualito al de los Trovadores de Cuyes, es decir más pastuso que Navarro Wolf.

Pero, a pesar de todo lo malo que trataron de vendernos de Quito decidimos empacar la casa y viajar los 4 a radicarnos acá.

La primera sorpresa fue aterrizar en el Aeropuerto Mariscal Sucre (ahora antiguo aeropuerto).¿Por qué? Haga de cuenta usted amigo bogotano como si aterrizara en un aeropuerto que quedara en chapinero, en la mitad de la ciudad entre dos calles principales, como si el aeropuerto quedara entre la séptima y la caracas y entre la 63 y la 68. Pero bueno eso ya es historia porque ahora tienen un gran aeropuerto fuera de la ciudad que finalmente va a dejar sin piso las restricciones de altura de los edificios de Quito. Porque esa es otra de las sorpresas que tiene la ciudad, las construcciones son bajas y la gente se ha acostumbrado a que todo edificio, centro comercial o similar tenga al menos dos niveles de subsuelos (sótanos) completamente funcionales con locales comerciales, oficinas e incluso apartamentos.

Al salir a la calle viene una de las siguientes sorpresas: los semáforos están al lado equivocado de los cruces. Es decir, uno que viene de Bogotá está acostumbrado a que el asunto sea: linea de parada, zebra, semáforo, calle que cruza, calle que continúa. En Quito es: línea de parada, Zebra, calle que cruza, semáforo, calle que continúa. Al comienzo es engañoso y complicado, pero luego uno se da cuenta de que tiene muchas ventajas: la visibilidad es mayor, es claro si en un cruce es posible o no girar.

Después nos llevaron al apartamento de la empresa, dónde ibamos a estar viviendo mientras conseguiamos casa, y allí terminó la primera de nuestras aventuras en Quito así como termina por ahora esta entrada del blog.

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