lunes, enero 04, 2010

Carta abierta a los estudiantes universitarios y profesionales

Yo, cómo ustedes, fui estudiante. Ahora sé que pude haber aprovechado mucho mejor esos años de mi vida.

Muchas veces los trabajos y proyectos eran hechos para que, apenas, alcanzaran la cota más baja pedida. Trabajos, estudio para parciales, proyectos y demás tareas hechos, intencionalmente algunas veces, apuntando al 3.0. El miedo a levantar la mano cuando se sabía algo más allá de lo que estaba diciendo el profesor, así como el miedo a preguntar lo que no se sabía o no se entendía también fueron parte de mi repertorio algunas veces. Y todo quedó "perdonado" con un "pues en el diploma de todos dice Ingeniero de Sistemas sin importar si preguntaron o no".

Luego en el mundo laboral intenté dar, como dirían en Estados Unidos, la milla extra. Y lo logré un par de veces. Pero la falta de reconocimiento o, más bien, la igualdad de reconocimiento con compañeros mediocres me hicieron bajar el ritmo en un par de mis empleos.

Ahora estoy retomando mi entusiasmo, estoy retomando esas ganas de poder hacer algo más que simplemente mi trabajo. Estoy metiéndole el hombro a las cosas para sacarlas mejor de lo que esperan, para llevarlas más allá de donde esperan que las deje. Y, ¿les cuento algo?, se siente bien.

Por eso les escribo esto, para invitarlos a dar todo de ustedes, a ir más allá de las expectativas. No se la dejen ganar de la rutina y la monotonía. No dependan del reconocimiento ajeno para saber que están haciendo bien las cosas. Esos reconocimientos vendrán, estén seguros. No sean "otro de los miembros del equipo" sean la cabeza, el corazón y el alma de su equipo de trabajo.

Les aseguro que si todos lo hacemos los mediocres y perezosos tendrán que seguirnos el ritmo. Y con uno más que se una a nuestra causa, gracias a ustedes, habremos hecho mucho, pero nunca suficiente.

Si son estudiantes preparen sus clases, hagan los trabajos, estudien, investiguen, pongan a trabajar a sus profesores para que sean ellos los que tengan que seguirles el ritmo a ustedes.

Si son empleados háganse valer, cuando vean errores en como se están haciendo las cosas háganlos notar, si no saben como hacer algo pregúnten, investiguen, propongan, si conocen mejores formas de hacerlo propónganlo, trabajen con el corazón. Pero no lo hagan esperando el aumento o el ascenso, eso vendrá por si solo, háganlo para demostrarse a ustedes mismos que pueden, que valen y que son la mejor opción disponible para hacer lo que ustedes hacen. Incluso lo que no les gusta hacer.

Si son jefes valoren a sus empleados, lideren con el ejemplo. Que todos sus subalternos se sientan felices de estar bajo su tutela, que quieran estar en su puesto, pero no por el sueldo, sino porque ustedes lo hacen ver como lo mejor que se puede hacer.

En cualquier faceta de su vida esfuércense, den toda su energía a lo que hacen. Cuando estén trabajando trabajen con fuerza, cuando estén en su casa compartan tiempo de calidad con los suyos, si hicieron su mejor esfuerzo en el trabajo no van a tener que robarle tiempo a su familia. Su vida va a mejorar en la medida en que se esfuercen.

No se queden quietos, cambien, que lo único estable es la muerte donde ya no hay más cambios. Sea cual sea su elección de vida destáquense, sobresalgan: que con sólo ver algo se sepa que lo hicieron ustedes.

2 comentarios:

Mauricio Duque Arrubla dijo...

100% de acuerdo. Añadiría a lo de los jefes que nunca teman decir que no saben ni buscar que sus subalterno logren ser mejores que ellos. ¿Da susto? por supuesto pero da más satisfacciones

Andrés dijo...

Muy buen consejo. Lo pondré en practica