viernes, julio 11, 2008

La cura de todos los males

Tal vez nadie valoraría la importancia de su descubrimiento. Eso creyó siempre el científico. Había dedicado su vida entera a la investigación y, ahora, cuando finalmente tenía resultados era posible que no fueran valorados.

Primero empezó tratando de crear algo, lo que fuera, que le ayudara a sobrellevar las constantes gripas que le impedían hacer su trabajo. Luego la investigación dio señas de que era posible ampliar un poco más el alcance y combatir algunas otras enfermedades respiratorias. ¿Y si fuera posible extenderse a otro tipo de dolencias? Así lo hizo: enfermedades eruptivas, malaria, tuberculosis, ébola e incluso cáncer fueron testeadas. En ese momento los resultados ya eran más que satisfactorios, sin embargo el científico quiso asegurarse el nóbel: debía combatir el sida, la amenaza de ese momento.

Eso le tomó otros 35 años. Y ahora, que finalmente tenía resultados tal vez nadie valoraría la importancia de su descubrimiento, pensó el científico al abandonar su bunker autosostenible para descubrir que en la superficie de la tierra no quedaba otro ser humano diferente a él mismo.

No hay comentarios.: