miércoles, julio 16, 2008

La adivina

Todos en la oficina estaban conmocionados. Había sido el rumor de la semana: al otro lado de la ciudad había una adivina que predecía el futuro, y de manera acertada.

Danilo nunca había sido muy creyente en lo que concernía a brujos, adivinas o pitonisas. Tal vez su formación católica lo había hecho ser escéptico con lo sobrenatural. Y si bien no se había mantenido como católico si había seguido siendo un escéptico.
  • "Miren a Adriana le pronosticó un ascenso y ahí está con el jefe negociando el nuevo sueldo." Afirmaba alguien.
  • "A mí me pronosticó que iba a tener un dinero con el que no contaba y ayer me encontré un fajo de billetes en la calle." Decía otro empleado algunos metros más allá.
  • "¿En serio te avisó que tendrías un accidente pero si tomabas precaciones las consecuencias serían menores?" Decía una secretaria mientras firmaba el reluciente yeso que recubría el brazo de su compañero.

Danilo pensaba que una cosa era ser escéptico y otra muy distinta ser pendejo. Pues con todas esas pruebas a su alrededor al menos debería darle el beneficio de la duda a la nombrada adivina. Esperó a que su compañera de puesto saliera a almorzar para buscar en su agenda la dirección de la adivina y la anotó en su celular. Le tomaría casi hora y media ir y volver, eso contando con que lo atendieran apenas llegara y que la "consulta" no tomara más de quince minutos. Miró su reloj. Faltaba hora y media para su reunión de área. La reunión a la que no podía faltar nadie so pena de ser despedido.

Atravesó la porción de ciudad que lo separaba del "consultorio" en 40 minutos, tardó otros 5 en buscar la dirección y finalmente 5 más en ser atendido.

La consulta duro menos de 3 minutos. La adivina a duras penas esperó a que se sentara y le dijo: "Danilo en tu vida lo único que puedo ver es una gran G, una gran letra G." Y lo despachó para que él mismo le hallara el significado.

Valiente estafa. Ahora tendría que correr para alcanzar a llegar a su reunión. Miró el reloj. Quedaban 31 minutos, y sólo manejar hasta esa parte de la ciudad le había tomado 40. Aceleró a fondo tratando de elegir una ruta rápida.

Sin embargo en su cabeza no paraba de darle vueltas a la g. ¿Conocería a alguna mujer con esa inicial? ¿Iría a ser esa mujer la mujer de su vida? ¿Le ofrecerían un puesto en un pais o ciudad con esa inicial? Tomó un desvío por una ruta poco usada pero bastante rápida. ¿Sería algo críptico para jugar el chance? ¿Le irian a cambiar al grupo de Don Germán (el jefe del otro grupo de asesores)?

De repente se soltó un aguacero. Las ruedas de su Wolswagen Golf se deslizaron sobre las goteras del asfalto en una curva sin peralte. El carro giró descontrolado hasta estrellarse contra un letrero gigante a la orilla de la vía. El impacto hizo que un gran pedazo se desprendiera y cayera sobre el carro, sobre Danilo.
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La grúa sacaba lo que quedaba del carro mientras los funcionarios de la fiscalía hacían el levantamiento del cadaver protegidos parcialmente bajo un letrero gigante que, ahora, decía: "Para una sonrisa fresca, cepillate con COL ATE"

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