Ya empezó la campaña por el tercer mandato de nuestro presidente candigato. Y él sigue impávido sin pronunciarse al respecto. ¿Por qué? Porque así luego va a poder salir a decir que él no quería, pero que como "los colombianos de bien" lo pidieron... (ahí me pregunto si entonces los que no queremos somos "colombianos de mal").
Ojalá, por nuestro bien, esa propuesta no pase. Porque si pasa va a llevar por debajo más compromisos clientelistas de los que nos podamos imaginar. Nuevamente van a salir primos, hermanos y tios de congresistas nombrados en puestos importantes, nuevamente van a salir impuestos raros como el de guerra o el cuatro por mil. Y mientras tanto el 80% de los colombianos felices porque pueden volver a salir a pasear. Si, a pasear a ver las hermosas fincas que tienen aquellos que tenian el suficiente poder como para mover el congreso hacia un lado o el otro.
Mientras tanto los paramilitares y paracongresistas habrán cumpido sus condenas y saldrán felices a disfrutar sus recién legalizadas narcoparafortunas.
Y cuando haya terminado el tercer, o cuarto porque nunca se sabe, mandato de Uribe veremos que estamos igual, o peor, que antes. Que las FARC (replegadas en Venezuela en este momento) volverán a salir a hacer actos de presencia, que las AUC o aguilas negras, siguen tan campantes por ahi y ahora con fortunas legales.
Los bancos serán más ricos pero el cuatro por mil no se habrá desmontado. El desempleo seguirá terriblemente alto pero las cifras del DANE mostrarán otra cosa porque así lo pide el señor presidente (si no pregúntenle al exdirector que salió por la puerta de atrás porque no le quiso seguir el juego al presidente candigato).
Ojalá me equivoque o más bien ojalá no nos equivoquemos y rechacemos de plano el tercer mandato de Uribe cuando tengamos la posibilidad. Piensen, por lo menos si tanto adoran a Uribe, que si se reforma la constitución, para la reelección indefinida, podríamos resultar con un Samper o un Pastrana perpetuados en el poder.
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