El astronauta intentaba sujetarse, infructuosamente, de cualquier objeto que pasara cerca. La caída libre perpetua era increíblemente aburrida. Especialmente ahora que su traje fotosintético autosuficiente se valía de cualquier reflejo lumínico para proporcionarle nutrientes a su organismo.
La vida en la tierra se había vuelto tan larga y confortable que la humanidad debió buscar cómo asentarse en nuevos planetas. La expansión llevó, como era de esperarse, a descubrir que el universo no era tan grande como se imaginaban los antiguos en la época de los computadores.
Fue entonces cuando Harvey Fletcher, astronauta de profesión, descubrió el límite exacto del universo, el lugar más lejano hasta donde alcanzaba la gravedad de cualquier cuerpo celeste. Fue entonces, también, cuando cometió el error más grande de su vida: dio un salto eufórico hacia el frente gritando "eureka".
La caída libre perpetua era increíblemente aburrida.
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Este microrrelato me valió una mención de honor en el concurso de microrrelatos de 2cielos2. Para ser mi primera vez en un concurso abierto me siento bastante satisfecho. ¿Qué opinan ustedes del relato?
4 comentarios:
Qué bonito
A mi me pareció interesante, asimoviano...
Sí, la influencia Asimoviana es indiscutible. Aunque hay algo más Aldiss, creería yo.
FELICITACIONES!!!!
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